domingo, 20 de julio de 2008

EL CENTRO IZQUIERDA COMO NECESIDAD VITAL

Colombia es un país en donde se necesita fortalecer la democracia tanto como se requiere el empleo en las ciudades y en el campo o la superación de la miseria. Requiere para lograrlo una opción distinta y clara en materia de opciones políticas. El centro izquierda, opción moderna de ejercicio de la democracia en múltiples naciones de América y el mundo, busca, al decir de Bobbio, la defensa y protección de los derechos y esta basada en principios fundamentales como: libertad, democracia pluralista, autogobierno y descentralización, control y dominio de las tecnologías, solidaridad, supremacía de la ley y resolución de los conflictos a través de negociaciones abiertas e incluyentes.

La libertad, que aparece en el primerísimo lugar de estos principios, es lo que clama la totalidad del país frente a la actividad inhumana del secuestro. La bandera de esta lucha debe entonces hacer parte permanente y fundamental de la acción de la centro izquierda colombiana.

También deben hacer parte de la agenda del centro izquierda en Colombia, temas de la actualidad nacional y mundial como la ecología, y la lucha permanente por recortas los abismos de tipo social y el vacío ético en nuestra sociedad– promovido en gran parte por los medios masivos de comunicación- que propugna por individualismos extremos que deterioran las relaciones entre los colombianos. Las formas neoliberales de hacer empresa, de gobernar, de vivir la ciudadanía, incrementan sustancialmente las prácticas cotidianas privatistas de estructuración de nuestra sociedad, deformación que se aprecia en forma permanente en la expropiación del espacio público ( desde el andén del vecindario hasta el veto a personas, grupos y tesis por parte de los medios de comunicación) y la canalización de los procesos y productos culturales.

En el pasado han quedado muchos de los valores que constituyeron la antigua izquierda política, tales como el rol del Estado como generador único y primordial de de políticas transformadoras. También ha caducado el discurso “populista” y “dependentista” que enfatizaba la independencia de la Nación. Así como los valores proteccionistas de los procesos de industrialización de los años 50 y 60.

Coincido con la analista política y socióloga uruguaya, Susana Mallo, quien señala que lo anterior “no significa abdicar ante las recetas del neoliberalismo, sino mostrar que se pueden realizar procesos de reconversión que supongan una nueva relación entre Estado y capitalismo, que destruya la perversa asociación en América Latina – y sobre todo en Colombia- entre un Estado patrimonialista y un capitalismo prebendatario que ha privatizado riquezas extraordinarias y que también ha socializado enormes pérdidas”.

Es urgente entonces, involucrar en la agenda política de los representantes y seguidores del centro izquierda en Colombia, propuestas específicas para las urgentes necesidades de la Nación, tales como estrategias para la reducción del déficit fiscal, la pauperización del sector campesino, la tercerización y deterioro del empleo de millones de colombianos, el auge de la delincuencia organizada y el narcotráfico, las narcotización de la política y otros muchos asuntos que requieren del aporte, la inteligencia y la visión de una nueva clase dirigente nacional que piense en lo colectivo como máxima prioridad ética y política.

martes, 5 de febrero de 2008

EL COMIENZO DEL CAMBIO

La marcha que se cumplió ayer en Colombia y varias ciudades del mundo, puede considerarse como el paso inicial de la sociedad colombiana hacia la participación colectiva en procesos de cambio.
Esta manifestación masiva que nace del alma de los colombianos de diferentes sectores de la sociedad debe conducir a una participación más activa en los procesos que han marcado y definen, día a día, el rumbo del país.
Hoy la marcha fue contra la barbarie de las Farc, mañana deberá ser, por ejemplo, contra las atrocidades del paramilitarismo o contra la indolencia estatal y social frente a la pobreza de millones de compatriotas.
Este, tendrá que ser el mayor beneficio de la amplia manifestación colectiva de ayer: el depertar del letargo que nos ha convertido en cómplices pasivos de las iniquidades que pululan en Colombia. Por ello, es vital que las fuerzas progresistas y democráticas de la nación entiendan como un factor muy positivo el hecho de que miles de personas, la mayoría de las cuales nunca se habían manifestado en forma alguna, hayan salido a las calles a protestar contra un actor armado que atenta contra la vida y la libertad de gente inerme.